- Autor: Gian Lorenzo Bernini
- Cronología: 1656- 1667
- Localización: Ciudad del Vaticano, Roma
- Material: piedra y mármol
- Estilo: Barroco
- Tipología: de culto religioso
2. Descripción de la obra.
Planta compuesta por dos grandes formas geométricas. Arrancando desde la fachada se encuentra una de forma trapezoidal, de lados rectos que se cierra hacia el exterior. Unida a la anterior se encuentra otra formada por una elipse cuyos centros se marcan por dos grandes fuentes, siendo el centro geométrico subrayado por un gran obelisco. En el proyecto original la elipse exterior estaría casi por completo cerrada, sin abrirse la perspectiva que se observa en la actualidad. La plaza recta se cierra con un muro al que se adosan columnas (siguiendo el esquema de la fachada ideada por Maderno) mientras que la elipse se sustenta en cuatro filas de columnas de orden gigante de influencia miguelangelesca que, según se coloque el espectador en el interior de la plaza, se taparán unas a otras (viéndose una sola columna por fila y huecos entre ella, permitiendo la visión del exterior) o se cerrarán impidiendo ver el exterior. La cubierta es adintelada. La decoración no es demasiado abundante. tan solo esculturas sobre los ejes de las columnas, dos gigantescas fuentes y el gran obelisco de origen egipcio que había sido utilizado para la spina del circo construido en el imperio romano por Calígula en el mismo lugar.
La plaza trapezoidal se abre en dos brazos ovalados formados por sendos cuadripórticos con columnas de orden toscano sobre las que descansa un dintel corrido, propio de los órdenes jónico o corintio, y no dividido en triglifos y metopas como debía corresponder. Sobre el entablamento se levanta una balaustrada rematada por estatuas de santos, 140 en total que coinciden con los ejes de las columnas , obras del taller de Bernini y que parecen acompañar a las esculturas de Cristo y los apóstoles de la fachada.
La plaza trapezoidal se abre en dos brazos ovalados formados por sendos cuadripórticos con columnas de orden toscano sobre las que descansa un dintel corrido, propio de los órdenes jónico o corintio, y no dividido en triglifos y metopas como debía corresponder. Sobre el entablamento se levanta una balaustrada rematada por estatuas de santos, 140 en total que coinciden con los ejes de las columnas , obras del taller de Bernini y que parecen acompañar a las esculturas de Cristo y los apóstoles de la fachada.
3. Identificación de la obra.
El deseo de los papas de convertir a Roma en una ciudad digna de ser la capital del catolicismo llevó a una ingente labor de remodelación urbana para transformar la ciudad medieval abriendo avenidas y construyendo plazas con monumentales fuentes y palacios. En esta labor durante gran parte del siglo XVI destacó Bernini como arquitecto y urbanista. La plaza de San Pedro diseñada por Bernini se convirtió no solamente en un espacio público abierto que daba acogida a miles de peregrinos sino, además, en un símbolo de la legitimidad de la Iglesia Católica frente a las tesis protestantes.
Desde 1870, tras la desaparición de los Estados Pontificios, la plaza de San Pedro es una de los límites entre la Ciudad-Estado del Vaticano e Italia.
Bernini trata de diseñar una plaza que de protagonismo tanto a la
fachada recta diseñada por Maderno como a la cúpula de Miguel Ángel. Así
conforme avanzamos al interior de la misma, la plaza se ensancha y la
fachada se sitúa al fondo a la espera de recibir en su interior al
peregrino que se desplaza a través de ella.
El papa le pidió a Bernini que ampliara la plaza de la Basílica, teniendo presente que existían edificios al rededor que no debían ser demolidos y además debía preservar una simetría que se uniera armónicamente a la ya existente Basílica. La solución de Bernini fue realizar un columnado.
El papa le pidió a Bernini que ampliara la plaza de la Basílica, teniendo presente que existían edificios al rededor que no debían ser demolidos y además debía preservar una simetría que se uniera armónicamente a la ya existente Basílica. La solución de Bernini fue realizar un columnado.